Un producto con Denominación de Origen está estrechamente vinculado al entorno en el que ha sido producido. El queso Mahón-Menorca no es una excepción; los factores geoclimáticos de Menorca -suelo, temperatura, humedad, etc.-, juegan un importantísimo papel en el aroma y el sabor del queso menorquín. De este modo, no es posible hablar de nuestro queso sin referirse al espacio en el que se origina.
El campo menorquín ha sabido mantener un equilibrio con el entorno y un desarrollo económico respetuoso y sostenible. Se ha conseguido una gran compatibilidad entre el desarrollo de las actividades económicas, el consumo de recursos naturales y la conservación del paisaje. Estos factores han sido fundamentales para que, en 1993, la UNESCO declarara Menorca como Reserva de la Biosfera.
Alrededor del mundo hay más de 400 reservas de la biosfera donde se experimenta con el concepto del desarrollo sostenible. Son lugares en los que la actividad humana se desarrolla de forma compatible con la conservación de los recursos naturales y del patrimonio cultural. En Menorca se ha optado por la sostenibilidad, para que las futuras generaciones de habitantes y residentes puedan seguir disfrutando de los recursos naturales y de la belleza
paisajística de la que disponemos hoy. Por esta razón, se actúa con precaución sobre el territorio, para mantener a largo plazo la calidad de vida y los valores ambientales que han merecido la declaración de la UNESCO. Esta riqueza, esta simbiosis entre lo humano y lo natural, se transmite a los productos del campo menorquín, y es uno de los factores que los distingue y les aporta su excelencia.